Antes de contestar la pregunta planteada debemos recordar que todo hombre, en general, está protegido por el Señor, pues los seres humanos somos de alta estima ante los ojos de Jehová (Job. 7:17; Sal. 8:4-6; Sal 144:3).
El creyente en Cristo está protegido de una manera especial:
Por la sangre de Cristo (Ef. 1:7; Col. 2:13-14);
Por el sello del Espíritu Santo (Ef.1:13-14) quien es el "más fuerte" que cuida su propiedad (Mt.12:28-29) Lc.11:21-22
Por los ángeles del Señor (Sal.34:7- 2R.6:15-17)
Las oraciones de Cristo y del Espíritu Santo (He. 7:22-25, Ro. 8:26), etc.
Las oraciones de Cristo y del Espíritu Santo (He. 7:22-25, Ro. 8:26), etc.
Todo este cuidado que el Señor ha puesto sobre el creyente constituye un gran vallado protector para detener el ataque del enemigo (Job. 1:9-10; Sal. 3:3). Sin embargo, tanto los creyentes, cuanto los impíos, sean niños, jóvenes o adultos, ya por sus pecados o por los pecados de sus padres, dar lugar al diablo o permitir la visitación de la maldad (Ef. 2:1-2; 4:27; Ex. 20:5), pues, como está escrito, ninguna maldición viene sobre nosotros sin causa alguna (Pr. 26:2)
Mire estos ejemplos:
* Adultos impíos: Judas(Jn. 13:27; Hch. 1:16-20,25); el gadareno (Mr. 5: 1- 20)
* Adultos creyentes: Saúl (1 Sm. 16:14,23; 18:8-11; 19:9)
* Niños: (Mr. 9:14-29).
7.1 Puertas que Satanás y los demonios usan para invadir a las personas
La Palabra de Dios nos enseña que nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar(1P. 5:8), y que si el maligno encuentra una oportunidad para hacerlo, la
aprovecha de inmediato. Por ello, para que el pueblo de Dios no sea destruido porque le faltó
conocimiento (Os. 4:6) y para que resista a Satanás con la firmeza de la fe, detallamos las principales puertas de ingreso que el enemigo usa para conseguir sus fines:
7.1.1. Puertas de la infancia (Problemas prenatales, infancia y adolescencia)
La justificación bíblica para mencionar esta puerta de invasión demoníaca está en Mr. 9:17-21. En
este pasaje, la Escritura presenta el caso de un endemoniado"desde niño". Por qué ocurrió este hecho? Los que estamos en el ministerio hemos descubierto que desde el día de la concepción y pór diferentes causas que mencionaremos, Satanás puede meter dentro de un ser humano
sus demonios.
Algunas de las causas que originan los endemoniamientos desde temprana edad son:
a) Hijos concebidos en fornicación, adulterio, incesto.
b) Hijos no deseados 0 rechazados. C)Intentos de aborto.
d) Niños que dentro del vientre soportaron agresiones físico-psíquicas
contra sus madres o sufrieron los miedos de sus progenitoras.
e) Niños que han sido"dedicados"o"consagrados"a ídolos o, directamente, a Satanás.
f) Hijos que en su herencia traen espíritus familiares.
g)Pequeños" que, al nacer, sufrieron experiencias traumatizantes o fueron rechazados
por su sexo, color de la piel, deformaciones físicas, etc
por su sexo, color de la piel, deformaciones físicas, etc
h)Niños que han sido ultrajados física, psíquica o sexualmente por sus padres, familiares o
maestros (o, lo que es peor, por los discípulos del diablo, quienes para obtener mayor poder demoníaco, sometieron a los niños a sus horrendos abusos rituales).
maestros (o, lo que es peor, por los discípulos del diablo, quienes para obtener mayor poder demoníaco, sometieron a los niños a sus horrendos abusos rituales).
Todos estos sucesos, y otros afines que pueden haber ocurrido en nuestras propias vidas, son aprovechados por Satanás, no sólo para dejar profundas heridas en nuestra alma, sino para encadenamos con ligaduras demoníacas y controlarnos a su antojo. En estos casos, el único que puede vendar nuestras heridas (Sal. 147:3) y liberarnos de ligaduras de opresión (Hch. 10:37) es Jesús, pues El vino a deshacer las obras del diablo(1 Jn. 3:8), y a liberar a los cautivos (Lc. 4:18) y a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza; óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado(Is. 61:3)Amén!
Sobre los problemas prenatales recuerdo claramente el caso de un hermano que, cuando él estuvo en el vientre de su madre, fue invadido por demonios de miedo y odio. Eso ocurrió porque su padre golpeaba continuamente a su madre cuando ella estaba embarazada. Al orar, conforme a las
orientaciones que daremos posteriormente, esos espíritus malignos se manifestaron y presentaron tenaz resistencia porque estaban enraizados desde el embrión. Pero como nuestro gran Dios formó nuestras entrañas. El nos hizo en el vientre de nuestra madre y vio nuestro embrión (Sal. 139:13,16), cuando le pedimos su intervención para desalojarlos, actuó con su espada (He. 4:12), cortó las ligaduras de opresión (Sal. 18:4-5) y ordenó a sus ángeles que persigan a esos demonios hasta acabarlos (Sal. 35:4-62; Sal. 18:37-40)Amén!
7.1.2. Falta de perdón a otros, a uno mismo y resentimientos con Dios.
Nosotros podemos haber sido heridos de muchas maneras a lo largo de nuestra vida y, por ello, dentro de nuestro corazón es posible que se hayan anidado profundos rencores. Además, por estos sufrimientos"justos"o "injustos", o debido a nuestros propios pecados, en nuestro interior llegamos a despreciamos de tal modo que sentimos rechazo contra nosotros mismos y somos atormentados por"complejos de culpa", nombrecito que la Psicología atea puso a estos demonios. Todo esto puede haber ocurrido cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados (Ef. 2: I-3), pero cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, debemos perdonar y amar a todo el mundo (Mt 5:44- Mt 6:12-Mt18:21) y tambien debemos perdonarnos y aceptarnos a nosotros mismos así como El nos perdonó y aceptó (Jn 6:37- Ef 4:32- Col 3:13). Si esto no ocurre el mismo Señor permitirá que Satanás y sus verdugos, los demonios, continúen atormentando a quienes no perdonan ni se perdonan (Mt. 18:32-35). De este modo, a través del diablo, esas personas verán cumplirse en sí mismas el dicho: " El ácido del rencor sólo carcome al recipiente que lo contiene". Además, dentro de nosotros también pueden haberse alojado espíritus de resentimiento y amargura en contra de Dios cuando lo hemos considerado culpable de nuestras desgracias. En estos casos, debemos reconciliamos con El pidiéndole perdón por nuestra insensatez de culparlo y, aunque parezca increíble,"perdonándolo"por los sufrimientos que según nosotros, vinieron de sus manos.
Sé que perdonar a otros es, muchas veces, difícil; pero tenemos que hacerlo para podemos librar de los espíritus inmundos que nos estén atormentando. De los muchos casos que ocurren a diario dentro del ministerio, recuerdo de una chica llamada Rosa (nombre ficticio) a quien le acosaban demonios por diversas causas, pero, fundamentalmente, por el odio profundo hacia su padre.
Las razones que Rosa tenía para repudiarlo, eran más que suficientes: este hombre le había violado desde que ella tuvo 8 años de edad y continuó haciéndolo hasta los 18. Cuando su madre trataba de defenderla, este ser despreciable-y seguramente endemoniado-las maltrataba violentamente y luego de ello procedía a la violación. No había forma de impedir la comisión de esos horribles ultrajes! De esas relaciones incestuosas, Rosa concibió numerosos hijos que por imposiciones de su padre fueron abortados. Por todo esto, cuando le hablé de la necesidad de perdonar, dijo:"Mi padre ha arruinado mi vida, lo odio con todas las fuerzas de mi corazón; jamás Io perdonaré".
Ciertamente, qué difícil perdonar en estos y otros casos que con frecuencia ocurren en esta vida; pero, si somos cristianos, tenemos que perdonar, queramos o no, porque los creyentes debemos someternos al señorío de Cristo quien en su palabra ha ordenado:
"Antes sed benignos los con otros,misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios tambiénos perdonó a vosotros en Cristo" (Ef. 4:32) Amén!
Después de examinar este precepto, el mandamiento de honrar a los padres y el de perdonar setenta veces siete, la muchacha se decidió a perdonar.
Nos pusimos en oración y cuando ella declaraba conmigo que perdonaba a su padre, un demonio interfirió, manifestándose a través de su boca. El espíritu maligno dijo:"estúpida, cómo puedes perdonar a tu padre, recuerda todo el mal que te hizo, mas bien debes cumplir el anhelo de tu corazón: debes matarlo". Intervine reprendiendo al demonio y me contestó burlonamente que nunca se iría de"su casa" (Mt. 12:44) y que si lo intento me destruiría porque é1 era muy poderoso. Sin embargo, con la autoridad que tenemos en Cristo y el poder de su palabra, logramos que el espíritu
impuro cese la manifestación hasta que Rosa declare que perdona a su padre; luego reprendimos al demonio y lo echamos fuera. Rosa quedó libre. La gloria para el Señor!
Para hacerlo, use una oración doctrinal semejante a la que presentaremos en el capítulo 11
Si usted, en su corazón, tiene algún rencor"justo"o"injusto"en contra de alguien o en contra de sí mismo, perdone o perdónese, no dé lugar al diablo.
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