Pastor recibe 6 disparos y su milagrosa supervivencia se convierte en una historia de salvación mundial

El pastor Tim Remington tenía un hombro destrozado, un pulmón colapsado y una bala alojada en el cráneo. Todo comenzó cuando Tim salió de su iglesia y se puso en el punto de mira de un pistolero trastornado. Era un misterio por qué alguien dispararía al pastor Remington en el estacionamiento de su iglesia en Coeur d'Alene, Idaho. 

Pero ahora, dependía de los paramédicos para mantenerlo con vida. El paramédico Eric Paul encontró al pastor sangrando por múltiples heridas de bala y un pulmón derecho colapsado. Le insertó un tubo torácico temporal para ayudarle a respirar. 

 "Arreglamos el único problema inmediato que podemos solucionar sobre el terreno. Le dimos algunos bolos de líquido y luego es hora de ir al hospital", dice Paul. Tim fue llevado a la sala de urgencias de Kootenai Health. Su esposa Cindy llegó y tuvieron un breve momento juntos. 

 "Le dije 'te quiero' y él me dijo 'te quiero'", recuerda Cindy. "Le costaba mucho respirar, le costaba mucho hablar. Tres veces me dijo que les dijera a los niños que los quería. Le dije: '¿Sabes lo que ha pasado? Y él negó con la cabeza. Y le dije: 'Bueno, te han disparado'". 

 Un presentador de las noticias de la noche explicó la gravedad de sus heridas, diciendo: "Remington recibió seis disparos, una de las balas le destrozó el hombro. Otra se alojó en el tejido blando de su cráneo, a pocos centímetros de matarlo". El pastor también resultó herido en el brazo y la pelvis. 

El Dr. Bob Hollman, cirujano encargado del caso, dijo que sorprendentemente ningún órgano vital resultó dañado, pero que una de las heridas ponía en peligro su vida. "La mayor preocupación era la cantidad de sangre que perdía por las lesiones en la pelvis", recuerda el Dr. Hollman. 

"Si te fracturas los huesos de la pelvis, puedes morir desangrado por una fractura pélvica". El Dr. Hollman y su equipo llevaron a Tim al quirófano inmediatamente para detener la hemorragia. La única promesa que hicieron fue que harían todo lo posible. 

Pero mientras Cindy oraba, sabía que la vida de Tim estaba en manos de Dios. Cindy dice: "Sinceramente, descubres que hay una paz que sobrepasa todo entendimiento, y su nombre es Jesús, y eso es lo que realmente sucedió. Todo se quedó muy tranquilo". 

 "Realmente no tuve miedo. No sentí que Tim fuera a morir", recuerda. Tras ocho horas de operación, Tim se despertó en la UCI. "Cuando supe que estaba vivo, entonces supe que Dios estaba definitivamente en ello y que había una razón", dice Tim. "Y no sabía la razón, pero sabía que Él tenía el control en ese momento". Mientras tanto, el pistolero había sido identificado como Kyle Odom. 

Dos días después del tiroteo fue arrestado por arrojar papeles sobre la valla de la Casa Blanca acusando al pastor Remington de ser el jefe de una conspiración alienígena. Pero no habría ningún clamor público por la justicia. 

 En su lugar, la iglesia de Tim y la ciudad de Coeur d'Alene celebraron una vigilia de oración por Tim y por el tirador que envió un mensaje de amor y perdón. Tim dice: "Todos dijeron y comunicaron lo que yo quería que dijeran: 'No odiamos a Kyle en absoluto. Tenemos que amarlo y tenemos que llevarlo a Jesús'". 

 Pero había más batallas que librar. Una semana después, los médicos descubrieron que una bala había dejado un pequeño agujero en el colon de Tim y lo llevaron rápidamente a cirugía. El Dr. Timothy Quinn era el cirujano de guardia ese día. "El colon tiene todo tipo de bacterias y tenía una fuga que le provocó una peritonitis", dice el Dr. Quinn. "No creía que fuera seguro repararlo, así que tuvimos que exteriorizarlo como una colostomía para poder controlar la infección. Así que es un gran problema". 

 Cindy, sus hijos y su familia de la iglesia sabían lo que había que hacer. "Le pedimos al Señor que reprendiera al enemigo en nombre de Tim y, ya sabes, lo hizo. Y siguió haciéndolo. El Señor siguió protegiéndolo, siguió proporcionando lo necesario", dice Cindy. 

 Al cabo de dos semanas, la infección desapareció y los médicos revirtieron la colostomía. Tim fue dado de alta, pero poco después de llegar a casa, sufrió un derrame cerebral. La familia Remington siguió confiando en Dios. "No tuve que seguir diciendo: 'Jesús, quédate con nosotros. Jesús, ven con nosotros'. 

Él estaba con nosotros. Y esa fidelidad constante del Señor, y el hecho de que Él nos ama todo el tiempo, pase lo que pase. Los días difíciles, no importa lo grande que sea el desafío, y ese fue uno grande, no importa lo grande que sea, Él nos ama y está con nosotros", dice Cindy.

Tim se recuperó del derrame cerebral y, apenas tres meses después del tiroteo, volvió a ocupar el púlpito."La gente nos escribía, canastas y canastas de cartas de gente que oraba por nosotros y de gente que se salvaba aquí mismo y de gente de todo el mundo que se salvaba por ello", dice Tim. "De lo que Dios estaba haciendo incluso en mi vida. 

 Cuando dije que no tenía ningún rencor contra el tirador, eso causó una gran sanación en la vida de otras personas por alguna razón. El Señor simplemente permitió que eso sucediera".

El Dr. Bob Hollman dice: "Puedes llamarlo un milagro, la gente utiliza ese término y yo no lo discutiría. Una de las cosas afortunadas es que cada vez que el tipo le disparaba parecía que le daba a un hueso grande y eso era básicamente su escudo contra las lesiones en los órganos internos".

Incluso mientras su agresor, Kyle Odom, cumple su condena, Tim le escribe a menudo, ofreciéndole el perdón y compartiendo el poder salvador de Jesucristo.

Tim dice: "Dios me preservó, me salvó. Y fue un milagro. Un milagro absoluto".